El Humanismo
El humanismo es una
actitud filosófica y ética que hace
hincapié en el valor y la agencia de los seres humanos, individual y
colectivamente, y por lo general prefiere el pensamiento
crítico y las pruebas (racionalismo, empirismo) sobre la doctrina establecida o
la fe (fideísmo). El significado del término humanismo ha
fluctuado, según los movimientos intelectuales sucesivos que se han
identificado con él.1 En general, sin embargo, el
humanismo se refiere a una perspectiva que afirma alguna noción de libertad y
progreso. En los tiempos actuales, los movimientos humanistas están normalmente
alineados con el secularismo y hoy
"humanismo" normalmente se refiere a una filosofía de vida no teísta centrada en la agencia
humana que mira a la ciencia en vez del dogma religioso con el fin de entender
el mundo.
El humanismo es un
movimiento intelectual, filosófico y cultural europeo
estrechamente ligado al Renacimiento cuyo origen se sitúa en el siglo XIV en la península Itálica (especialmente en Florencia, Roma y Venecia)
en personalidades como Dante Alighieri, Francesco Petrarca y Giovanni Boccaccio. Busca la Antigüedad Clásica y retoma el
antiguo humanismo griego del siglo de oro y mantiene su hegemonía en buena
parte de Europa hasta fines del siglo XVI,
cuando se fue transformando y diversificando a merced de los cambios
espirituales provocados por el desarrollo social e ideológico de Europa,
fundamentalmente al pactar con los principios propugnados por las reformas (luterana, calvinista,
anglicana), la Contrarreforma católica, la
Ilustración y la Revolución francesa del siglo XVIII.
El movimiento, fundamentalmente ideológico, tuvo así mismo una estética impresa
paralela, plasmada, por ejemplo, en nuevas formas de letra, como la redonda
conocida como Letra humanística, evolución de las letras Fraktur tardogóticas
desarrollada en el entorno de los humanistas florentinos como Poggio Bracciolini y de la cancillería papal en
Roma(Europa), que vino a sustituir mediante la imprenta a la letra gótica medieval.
La expresión humanistis
studiensins fue contrapuesta por Coluccio Salutati a los
estudios teológicos y escolásticos cuando tuvo
que hablar de las inclinaciones intelectuales de su amigo Francesco Petrarca; en éste,humanitas significaba
propiamente lo que el término griego filantropía,
amor hacia nuestros semejantes, pero en él el término estaba rigurosamente
unido a las litterae o estudio
de las letras clásicas. En el siglo XIX se creó el neologismo germánico Humanismus para
designar una teoría de la educación en 1808, término que se utilizó después,
sin embargo, como opuesto a la escolástica (1841)
para, finalmente, (1859) aplicarlo al periodo del resurgir de los estudios
clásicos por Georg Voigt, cuyo libro sobre este periodo llevaba el
subtítulo de El primer siglo del Humanismo, obra que
fue durante un siglo considerada fundamental sobre este tema.
El Humanismo propugnaba,
frente al canon eclesiástico en prosa, que imitaba el latín tardío de los Santos Padres y empleaba
el simple vocabulario y sintaxis de los textos bíblicos traducidos, los studia
humanitatis, una
formación íntegra del hombre en todos los aspectos fundada en las fuentes
clásicas grecolatinas, muchas de ellas entonces buscadas en las bibliotecas
monásticas y descubiertas entonces en los monasterios de todo el continente
europeo. En pocos casos estos textos fueron traducidos gracias al trabajo de
entre otros Averroes y a la
infatigable búsqueda de manuscritos por eruditos monjes humanistas en los
monasterios de toda Europa. La labor estaba destinada a acceder así a un latín
más puro, brillante y genuino, y al redescubrimiento del griego gracias al
forzado exilio a Europa de los sabios bizantinos al caer Constantinopla y el
Imperio de Oriente en poder de los turcos otomanos en 1453. La segunda y local
tarea fue buscar restos materiales de la Antigüedad Clásica en el segundo
tercio del siglo XV, en lugares con ricos yacimientos, y estudiarlos con los
rudimentos de la metodología de la Arqueología,
para conocer mejor la escultura y arquitectura. En consecuencia el humanismo
debía restaurar todas las disciplinas que ayudaran a un mejor conocimiento y
comprensión de estos autores de la Antigüedad Clásica, a la que se consideraba
un modelo de conocimiento más puro que el debilitado en la Edad Media, para
recrear las escuelas de pensamiento filosófico grecolatino e imitar el estilo y
lengua de los escritores clásicos, y por ello se desarrollaron
extraordinariamente la gramática,
la retórica,
la literatura, la filosofía moral y la historia,
ciencias ligadas estrechamente al espíritu humano, en el marco general de la
filosofía: las artes liberales o todos los saberes dignos del hombre libre
frente al dogmatismo cerrado de la teología, expuesto en sistemáticos y abstractos
tratados que excluían la multiplicidad de perspectivas y la
palabra viva y oral del diálogo y la epístola,
típicos géneros literarios humanísticos, junto a la biografía de héroes y
personajes célebres, que testimonia el interés por lo humano frente a la hagiografía o vida de
santos medievales, y la mitología,
que representa un rico repertorio de la conducta humana más sugerente para los
humanistas que las castrantes leyendas piadosas,
vidas de santos y hagiografías de Jacopo della Voragine y su
leidísima Leyenda dorada. Este tipo de formación se
sigue considerando aún hoy como humanista.
Para ello los humanistas
imitaron el estilo y el pensamiento grecolatinos de dos formas diferentes: la
llamada imitatio ciceroniana, o imitación de un solo autor
como modelo de toda la cultura clásica, Cicerón,
impulsada por los humanistas italianos, y la imitatio
eclectica, o
imitación de lo mejor de cada autor grecolatino, propugnada por algunos
humanistas encabezados por Erasmo de Rotterdam.
ke wen vidio
ResponderEliminar31/03/2021
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